Artritis reumatoide: los primeros meses son clave para evitar daño irreversible

En el Día Mundial de la Artritis Reumatoide, especialistas destacan que un diagnóstico temprano y un tratamiento integral pueden marcar la diferencia entre una vida activa o la discapacidad permanente.

En el marco del Día Mundial de la Artritis Reumatoide, especialistas hacen un llamado a la detección temprana y al tratamiento oportuno, destacando los avances terapéuticos y los desafíos de acceso en regiones.

Chile, octubre de 2025.- Dolor, rigidez matinal y cansancio persistente son algunos de los primeros signos de alerta de la artritis reumatoide, una enfermedad autoinmune que afecta principalmente a las articulaciones y que, sin un diagnóstico precoz, puede derivar en daño crónico y discapacidad.

La doctora Silvana Saavedra, internista y reumatóloga del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, explica que esta enfermedad ocurre cuando el sistema inmunológico ataca por error las células que recubren las articulaciones. En Chile, más de 100 mil personas conviven con esta patología, y a nivel mundial la cifra bordea los 18 millones.

“Desde la aparición de los primeros síntomas contamos con una ventana de oportunidad de entre tres a seis meses, donde un tratamiento adecuado puede modificar de manera significativa el pronóstico a largo plazo. Por eso es fundamental consultar temprano ante síntomas persistentes”, enfatiza la especialista.

El diagnóstico debe ser realizado por un reumatólogo, quien evalúa antecedentes clínicos, exámenes físicos, análisis de laboratorio e imágenes. Además del dolor articular, la enfermedad puede afectar ojos, corazón, pulmones, piel y vasos sanguíneos, lo que refuerza la necesidad de un enfoque integral.

“Sin tratamiento, la inflamación erosiona los huesos y deforma las articulaciones, generando discapacidad permanente. Hoy, gracias a los avances médicos, muchas personas logran remisión o baja actividad de la enfermedad”, añade la doctora Saavedra.

El inicio de la enfermedad suele darse entre los 30 y 50 años, aunque también puede afectar a personas jóvenes o mayores. Los pacientes experimentan periodos de brotes —de mayor dolor e inflamación— y remisiones. Factores como el estrés, el tabaquismo o la falta de descanso pueden influir en su evolución.

El tratamiento combina medicación, ejercicios adaptados, control del estrés y hábitos saludables. “No fumar, mantener un peso saludable, cuidar la salud bucal, dormir bien y realizar actividad física adaptada son pilares del control de la enfermedad”, destaca la especialista.

Entre los tratamientos farmacológicos, los fármacos biológicos y sus equivalentes biosimilares han transformado el pronóstico de la artritis reumatoide, permitiendo tratar a más personas con los mismos recursos. “Los biosimilares son una herramienta costo-efectiva que mejora la continuidad de los tratamientos y reduce las listas de espera”, sostiene Saavedra.

Respecto a los factores de riesgo, la reumatóloga advierte que el tabaquismo es el factor prevenible más importante, junto con la obesidad, el sexo femenino y los antecedentes familiares. También subraya la necesidad de mejorar el acceso a la atención en regiones mediante telemedicina, derivaciones oportunas y cobertura estable de medicamentos.

Finalmente, la especialista entrega un mensaje de esperanza: “Hoy contamos con terapias muy efectivas que permiten conservar la función articular y llevar una vida plena. Si presentas síntomas, no esperes: consultar a tiempo puede cambiar el curso de la enfermedad”.