En una reunión para discutir la instalación de una base del Samu en el barrio Los Castaños, un grupo de vecinos se opuso fervientemente a un proyecto que, sin duda alguna, beneficiará a toda la comunidad. Lo que es aún más sorprendente son los motivos que se expusieron.
Se esgrimieron argumentos tan insólitos como que las ambulancias podrían atropellar a los niños, que se perderían estacionamientos o que aumentaría la inseguridad. Incluso, se llegó a decir que las ambulancias se accidentarían al salir del sector. Lo más surrealista, sin embargo, fue la supuesta propuesta de cambiar el proyecto del Samu por un quincho, una idea tan absurda que algunos intentaron negarla después, culpando a los medios de comunicación.
Pero más allá de estas discusiones bizantinas, el verdadero problema reside en la miopía de algunos. En Labranza, ya han muerto personas porque una ambulancia tarda más de 25 minutos en llegar desde Temuco a causa de la congestión. En un paro cardíaco, por ejemplo, cada minuto cuenta para la supervivencia. La diferencia entre la vida y la muerte para muchos de los habitantes podría radicar en la instalación de esta base.
El miedo a ruidos molestos o a la falta de estacionamientos es infundado. La experiencia en La Araucanía demuestra que las bases del Samu no generan quejas de este tipo. Una base de ambulancias es similar a una vivienda particular, no a un centro de salud. Los tripulantes solo la usan para descansar o alimentarse, la ambulancia se guarda adentro y las sirenas se encienden solo al salir a las avenidas principales.
La ley de tránsito prohíbe que los niños jueguen en las calles, y es deber de los padres velar por la seguridad de sus hijos, llevándolos a las numerosas áreas verdes de Labranza. Además, los accidentes de tránsito causados por ambulancias son estadísticamente muy pocos en la región. El mismo servicio de emergencia que algunos temen es el que, día a día, salva las vidas de las víctimas de otro tipo de vehículos. No estamos hablando de instalar una botillería, una discoteca o una cárcel, lugares que sí podrían causar molestias a los vecinos. Estamos hablando de un servicio vital que no perturba la tranquilidad ni atraerá delincuencia al sector.