La Araucanía volvió a encabezar las cifras de precariedad laboral en Chile. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la región alcanzó una tasa de desocupación de 9,1 % en el trimestre julio-septiembre 2025, la tercera más alta del país. A ello se suma una informalidad laboral de 36,1 %, lo que significa que más de 156 mil personas trabajan sin cotizaciones previsionales ni protección social.
“Una región con más de un tercio de sus trabajadores en la informalidad no puede hablar de desarrollo sostenible”, señaló el candidato a senador Rodolfo Carter, quien se comprometió a impulsar una agenda de formalización laboral y creación de empleo productivo en el sur del país.
El informe del INE revela que las personas ocupadas aumentaron 4,2 % en 12 meses, mientras que las personas desocupadas disminuyeron 14,5 %. Pese a esa mejora numérica, Carter advierte que la calidad del empleo es el verdadero desafío: “La Araucanía necesita oportunidades reales, no trabajos de subsistencia ni contratos precarios. El empleo debe permitir cotizar, acceder a salud y construir un futuro con seguridad”.
El candidato propone una agenda en diversos ejes: formalización progresiva, con incentivos tributarios y subsidios transitorios para micro y pequeñas empresas que formalicen a sus trabajadores; capacitación y reconversión, programas de formación técnica en sectores de alto potencial, como energías renovables, agroindustria sostenible y tecnologías digitales; y finalmente, inversión regional descentralizada: priorizar obras públicas y alianzas público-privadas que generen empleo formal en comunas rurales.
“La Araucanía no necesita más asistencialismo, sino un proyecto que libere su potencial productivo. Con seguridad jurídica, infraestructura y capacitación, podemos transformar el sur en el motor económico del país”, cerró Carter, adelantando que presentará un paquete legislativo orientado a la formalización y a la inserción laboral de jóvenes y mujeres en La Araucanía.
Con estos indicadores, la región se consolida como uno de los territorios con mayor rezago laboral de Chile, evidenciando la necesidad de políticas diferenciadas que reconozcan sus características rurales, su dispersión territorial y su alta dependencia del autoempleo.