El cáncer de mama continúa siendo la primera causa de muerte por cáncer en mujeres en Chile. Según especialistas, una mujer fallece cada cinco horas a causa de esta enfermedad, la cual podría detectarse de forma temprana mediante un examen preventivo que permite elevar la tasa de curación por sobre el 95%. Sin embargo, un 40% de los diagnósticos en el país aún se realiza en etapas avanzadas.
La mamografía es el principal examen de detección precoz, pero persisten los miedos y mitos que postergan su realización. La Dra. Marcela Amar, mastóloga de Clínica Dávila, explica que “este examen debe hacerse a los 40 años y luego una vez al año. Si la paciente tiene familiares de primer grado con cáncer de mama, debe realizarlo diez años antes del diagnóstico de su ser querido. Es un método efectivo y el único que ha demostrado disminuir la mortalidad por esta enfermedad”.
Durante el Mes de la Sensibilización sobre el Cáncer de Mama, especialistas han reiterado la importancia de derribar las falsas creencias que retrasan la prevención.
Uno de los mitos más frecuentes es que no es necesario realizarse la mamografía si no hay síntomas o bultos visibles. La Dra. María Paz González, radióloga de Clínica Biobío, señala que “la mamografía es el único examen capaz de detectar el cáncer de mama en etapas iniciales, incluso antes de que sea palpable”.
En tanto, la matrona Catherine González, de Clínica Dávila Vespucio, aclara que el autoexamen mamario, aunque útil, “no reemplaza la mamografía, ya que muchas lesiones no se detectan al tacto en las primeras etapas”.
El Dr. Ignacio De La Torre, ginecólogo de Clínica Ciudad del Mar, advierte que “la mamografía puede detectar el cáncer entre dos y cuatro años antes de que aparezcan síntomas, previniendo una de cada cuatro muertes por esta enfermedad. Si todas las mujeres mayores de 40 años se la hicieran anualmente, podríamos reducir en un 25% la mortalidad por cáncer de mama”.
Otro temor extendido es la exposición a la radiación del mamógrafo, pero los especialistas enfatizan que la dosis es mínima y completamente segura. “Los exámenes con imágenes 3D presentan una tasa de detección hasta un 40% superior a la mamografía tradicional, manteniendo niveles de radiación muy por debajo de los límites internacionales de seguridad”, explicó la Dra. Lorena Gutiérrez, radióloga de Clínica Santa María.
Finalmente, el miedo al dolor también retrasa la realización del examen. “La compresión mamaria puede generar una molestia leve y transitoria, pero es fundamental para obtener imágenes precisas. El procedimiento es breve, seguro y cada vez más cómodo para las pacientes”, puntualizó la Dra. González.
Los profesionales coinciden en que la información y educación son las herramientas más efectivas para reducir los diagnósticos tardíos. Superar los prejuicios y acceder a la mamografía de forma regular puede marcar la diferencia entre un tratamiento oportuno y uno tardío.