
La empresa de investigación de mercados Ipsos, a través de su informe sobre Populismo, recoge la percepción de más de 23 mil personas en 31 países para ayudar a comprender, a través de la opinión pública, los problemas que conducen al aumento del populismo.
De acuerdo con los resultados, el diagnóstico es que un profundo pesimismo y sensación de fractura social se está instalando alrededor del mundo, el cual está alimentado principalmente por tres temas: descontento económico, la brecha entre las élites y el pueblo, y una oposición a la inmigración.
Como marco general, de los 31 países encuestados, la mayoría considera que la sociedad de su país está fracturada (56%) y que su país está en declive (57%). En estos temas, Chile supera el promedio mundial con un 57% y 64%, respectivamente. Sobre esto último, los encuestados chilenos son quienes más consideran que su país está en decadencia en el concierto latinoamericano, por sobre Brasil (62%), Colombia (57%), Perú (56%), Argentina (55%) y México (44%).
En el estudio, Ipsos compone un “Índice de Sistema Fracturado”, al promediar el nivel de acuerdo entre los encuestados de cada país sobre cinco afirmaciones. Chile registró un 63% en el Índice, dos puntos por sobre el promedio global (61%); aunque, por otro lado, se ubicó con el quinto porcentaje más bajo entre los seis países medidos de América Latina: sólo México marcó un promedio más bajo en la región, con un 60%, mientras que Perú lidera con un 76%, y está segundo en el mundo, debajo de Tailandia, entre los 31 países de la medición.
Los resultados de Chile indican que predomina en nuestro país una desconfianza hacia las élites políticas y económicas:
- Tres de cada cuatro encuestados (76%) cree que “los partidos tradicionales y políticos no se preocupan de personas como yo”, 12 puntos por sobre el promedio global (64%) y ubicando al país como el tercero con mayor acuerdo entre los encuestados.
- Un 72% afirma que “la economía está manipulada para favorecer a los ricos y poderosos”, percepción que ha crecido siete puntos desde 2023 y que también supera en cuatro puntos el promedio mundial (68%).
- Un 71% de los chilenos cree que “los expertos no comprenden la vida de personas como yo”, nueve puntos por sobre el promedio global (62%).
Sin embargo, Chile muestra menores niveles de adhesión al autoritarismo, y se ubica en la parte baja de la clasificación, tanto en el mundo como en la región:
- Hay un 37% de apoyo en que “para arreglar el país, necesitamos un líder fuerte dispuesto a romper las reglas”. Esto es 10 puntos menos que el promedio global (47%) y empatados con Colombia y México con los promedios más bajos de Latinoamérica.
- El 58% de los encuestados de Chile está de acuerdo en que se “necesita un líder fuerte para recuperar el país de los ricos y poderosos”. Esto es seis puntos menos que el promedio global (64%), y ubica al país con el séptimo menor porcentaje de acuerdo entre los países medidos. Debajo están Singapur, Polonia, Países Bajos, Suecia, Alemania y Suiza.
SOCIEDAD
Parte de esta fragmentación de la sociedad se puede notar en las percepciones con respecto a la élite. Por ejemplo, hay un 72% de acuerdo con la afirmación “la principal división de la sociedad es entre ciudadanos ordinarios y la élite política y económica”.
Según la mayoría de los encuestados del país (63%), este grupo tiende a “tomar decisiones basadas en sus propios intereses, mientras que las necesidades del resto de la gente en Chile no importan”. Además, estamos en el cuarto lugar de los que menos confían en que las élites “suelen tomar decisiones que benefician a la mayoría de las personas”, con un 6%.
Otra división que no pasa desapercibida en Chile es respecto a la inmigración. Un 65% de los encuestados afirmó que “el país sería más fuerte si paramos la inmigración”, lo que está 16 puntos porcentuales por sobre el promedio global, sólo superados por Turquía (78%) y Tailandia (71%).
También, en Chile hay un 65% de respaldo a la declaración “Cuando escasean los puestos de trabajo, los empresarios deben dar prioridad a contratar a gente de este país antes que a inmigrantes”, y un 51% a la frase “los inmigrantes les quitan el trabajo a los verdaderos chilenos”. El nivel de acuerdo entre los encuestados de Chile sobre estas dos afirmaciones aumentó 10 puntos cada una desde 2023.
Otro aspecto muy extendido del enfoque populista es una política económica incompatible entre las peticiones de aumento del gasto público y las demandas de bajar los impuestos.
Al preguntar sobre la postura respecto a que el gobierno aumente los impuestos para pagar gastos públicos adicionales, en Chile el 55% está en contra y un 19% a favor. Sin embargo, de las siete áreas consultadas sobre si se debiese aumentar o reducir el gasto público, la mayoría cree que debería aumentar en cada una de ellas. Más allá de esto, los mayores niveles de apoyo en el país son para invertir en:
- Asistencia sanitaria (86%)
- Seguridad pública (85%); con el segundo mayor porcentaje entre los 31 países, detrás de Perú (88%)
- Creación de puestos de trabajo (79%)
- Educación (78%)
- Reducir la pobreza y desigualdad social (72%)
En opinión de Nicolás Fritis, Chief Executive Officer (CEO, es decir, gerente general) de Ipsos Chile: “El auge del populismo persiste en las democracias liberales occidentales y también en países del Sur Global, impulsado por el descontento económico y la desconfianza en las élites. Este estudio, da cuenta de varias tensiones al respecto, por ejemplo, que los ciudadanos anhelan tanto un liderazgo fuerte como una democracia directa, una dicotomía que los políticos deben abordar”.
Declaró además el CEO de Ipsos Chile: “La percepción de una sociedad fracturada se ha convertido en la norma, no en la excepción. Este sentimiento generalizado de división, aunque preocupante, presenta una oportunidad para que los líderes cierren la brecha entre las élites y los ciudadanos comunes, abordando las preocupaciones económicas y fomentando la inclusión. El populismo no es monolítico. Hay divergencias entre los populismos de derecha e izquierda, especialmente en lo que respecta a la inmigración y las políticas económicas. Comprender estos matices es crucial para abordar los desafíos que plantea el populismo moderno”.
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Por Sergio Peña Herrera