Escribe: Rosemarie Junge Raby, rectora Santo Tomás Temuco.
En este emocionante y transformador período de admisión 2024, considero necesario reflexionar sobre el profundo significado que implica el ingreso a la educación superior. Como rectora de las Instituciones de Santo Tomás Temuco, que incluye la Universidad, el Instituto Profesional y el Centro de Formación Técnica, me siento orgullosa de pensar que más de 2000 nuevos estudiantes, junto a sus familias, se unirán a nosotros en este camino hacia el mundo profesional y técnico que alberga más de 6 mil estudiantes y más de 800 colaboradores.
El ingresar a la educación superior marca el inicio de una travesía única y enriquecedora, repleta de desafíos y oportunidades que moldearán tanto el futuro académico, como personal de cada uno de nuestros nuevos estudiantes. Para ellos y sus familias, este paso es mucho más que un cambio de institución; es la puerta de entrada a un mundo donde dedicación, disciplina y una actitud proactiva hacia el aprendizaje adquieren un valor que todavía no dimensionan.
A menudo, este periodo está acompañado de emociones encontradas: nervios, emoción, adrenalina, incertidumbre por lo desconocido y el deseo de alcanzar metas personales y profesionales. Esta etapa será un hito individual, pero también un compromiso colectivo entre estudiantes, familias, docentes y toda la comunidad de Santo Tomás Temuco.
Es importante recordar que la educación superior no sólo se trata de adquirir conocimientos especializados, sino también de cultivar habilidades como la autonomía, análisis crítico el trabajo en equipo y la empatía. Por ello, en Santo Tomás Temuco y sus instituciones asociadas, nos comprometemos a brindar una educación de calidad, dentro de un ambiente de apoyo, donde cada estudiante se sienta valorado y motivado a alcanzar su máximo potencial para en el futuro, ser profesionales y técnicos, pero por sobre todo, grandes personas que aportan en su comuna, en la región, en el país y por qué no decirlo, en el mundo.