Escribe: Mario Grandón Castro, comunicador radial.
En respuesta al comunicado de prensa emitido por la ONU, es imperativo destacar las graves consecuencias del cambio climático en la zona de Malleco y la urgente necesidad de tomar medidas para abordar esta crisis que se agrava a causa del fenómeno del Niño, la actividad humana y la emisión de gases de efecto invernadero.
La zona de Malleco, reconocida por su rica biodiversidad y hermosos paisajes naturales, se enfrenta a desafíos cada vez mayores debido al cambio climático. Los efectos del fenómeno del Niño han llevado a un aumento en las temperaturas y la disminución de las precipitaciones, lo que ha provocado sequías más frecuentes y prolongadas en la región. Estas sequías tienen un impacto significativo en la agricultura, la ganadería y los recursos hídricos, poniendo en peligro la seguridad alimentaria y el sustento de las comunidades locales.
Además, la actividad humana desenfrenada, como la deforestación y la explotación irresponsable de los recursos naturales, ha acelerado aún más los efectos negativos del cambio climático en Malleco. La tala indiscriminada de bosques nativo ha contribuido a la pérdida de hábitats naturales, aumentando la vulnerabilidad de las especies locales, como las abejas, y agravando el riesgo de eventos climáticos extremos, como inundaciones y deslizamientos de tierra.
Ante este escenario preocupante, es crucial que las autoridades locales, las organizaciones ambientales y la sociedad en su conjunto se comprometan con acciones concretas. Es necesario implementar políticas de conservación y restauración de los ecosistemas naturales en Malleco, promover prácticas agrícolas sostenibles, fomentar el uso responsable del agua y educar a la población sobre la importancia de reducir la huella de carbono y el no botar basuras en todas partes, como hemos podido observar en caminos adyacentes a la ciudad de Collipulli.
La emergencia climática no puede ser ignorada, y la zona de Malleco debe ser considerada como una prioridad en la agenda ambiental. El tiempo para actuar es ahora. La protección de nuestros ecosistemas y el bienestar de las comunidades dependen de nuestra capacidad de enfrentar esta crisis y construir un futuro sostenible. Solo a través de una colaboración global y una acción conjunta podremos preservar el legado para nuestros hijos y nietos.