Las apuestas público-privadas para dotar de internet a las zonas apartadas del Biobío y La Araucanía

A través de la instalación de antenas -en terrenos cedidos y en otras estructuras existentes-, la transmisión vía microondas y la presencia de proveedores locales de internet, comunidades rurales y zonas como Isla Mocha se conectan al mundo.

El pasado lunes 24 de abril, los vecinos de Isla Mocha despidieron a las cuatro víctimas fatales del último accidente aéreo registrado en la zona, luego que la avioneta pilotada por el experimentado aviador Juan Carlos Paul capotara a 150 metros de la costa, cuando comenzaba su trayecto hacia el continente.

Pocos días más tarde, el alcalde de Lebu (la isla depende administrativamente de esta comuna), Cristián Garrido, sostuvo que, tras el fatal accidente “hoy los mochanos no tienen cómo salir, tienen que esperar solo el avión subvencionado, que salen miércoles, jueves, viernes y sábado” y que durante las últimas semanas ha presentado problemas mecánicos.

Si bien la tragedia reflotó el histórico problema de conectividad aérea, los isleños saben que no se trata solo de sumar más vuelos subvencionados: la atención remota de salud, la educación virtual, el comercio electrónico y otras actividades de la vida cotidiana en el continente, en la isla se tornan imposibles, de no contar con una conectividad adecuada y constante. De esta manera, saben en la isla, es posible mejorar las condiciones de vida y, de paso, disminuir la necesidad de viajar de manera continua fuera de la isla.

LA VIDA EN MEDIO DEL MAR

Isla Mocha se ubica frente a las costas de Tirúa, en la provincia de Arauco (Región del Biobío). En ella habitan cerca de un millar de personas, dedicadas en su mayoría al turismo, basado en sus playas, hermosos paisajes, y la presencia de un cordón montañoso que da vida a la Reserva nacional Isla Mocha.

Pese a encontrarse a solo 34 kilómetros del continente -lo que permite el traslado constante de pasajeros en avioneta y lanchas- la isla se mantiene virtualmente incomunicada. El director de la escuela Armando Arancibia de Isla Mocha, Darwin Parra, reconoce que “el internet siempre ha sido un problema en la isla. Nos hemos sentido, en cierto modo, apartados”, lamenta. Por su parte, el jefe de la posta rural de la isla, Pablo Hans, afirma que pese a los esfuerzos por implementar soluciones con distintas tecnologías, como por ejemplo satelitales, “ninguno logra mejorar el problema de la conectividad en la isla”.

Una realidad que, con la llegada de la pandemia, convirtió en una necesidad básica la conectividad a internet de la isla, y que desde la Universidad de Chile se propusieron solucionar, articulando un proyecto con la comunidad, un proveedor de internet local (ISP) del continente y otros actores públicos y privados, entregando Internet estable a bajo costo mediante radioenlaces.

El Ingeniero civil en computación de la Universidad de Chile, Marcelo Valenzuela, relata que el denominado Proyecto Yafun -que hoy dirige- “nace de una de las preocupaciones de NIC Chile (que administra los dominios de internet en todo el país), que tiene que ver con la robustez, la resiliencia de las redes que existen en el país, en especial desde el terremoto del año 2010, que provocó daños considerables en la infraestructura digital”.

A partir de esto, una de las principales preocupaciones de su equipo, afirma Valenzuela, “es encontrar formas de resolver la brecha digital que en estos tiempos es una forma de exclusión social. Esto cobra dimensiones mucho más profundas en la ruralidad”, reconoce. Por ello, articularon con distintos actores para que se aprovechara “la infraestructura existente desplegada por un ISP en el sector de la costa en una comunidad mapuche, y se instalaran torres de repetición separadas por decenas de kilómetros, lo que permite mediante radioenlaces transmitir grandes cantidades de datos a sectores donde la fibra óptica o el internet satelital no es una solución eficiente desde el punto de vista económico para los vecinos de una comunidad como Isla Mocha”, detalla el director de Yafun.

Un importante esfuerzo logístico que implicó el traslado aéreo de técnicos y equipamiento llevado a cabo por un ISP de La Araucanía, permitió dar conectividad a los servicios públicos de la isla, incluida la posta, el juzgado de policía local, Carabineros, la escuela, entre otros servicios – y hoy se extiende a negocios y particulares cambiando radicalmente las posibilidades de desarrollo. Esto demuestra además que las pequeñas empresas proveedoras de internet (ISP) son capaces de realizar proyectos que tienen un alto impacto social en localidades rurales.

La ausencia de conectividad en el país es una realidad que miles de personas viven día a día. Marcelo Valenzuela señala que junto a los 345 municipios del país, desarrollaron un mapa de zonas sin Internet, logrando identificar 1.800 localidades, “donde los alcaldes nos dicen que el internet es muy lento, o no hay nada”, añade Valenzuela. Varias de estas localidades se ubican en la macrozona sur, en donde “por su geografía complicada, alta vegetación, clima, distribución y concentración demográfica y los niveles de servicio demandados, la conectividad en base a tecnología por radio enlaces resulta ser muy eficiente”.

MININCO

En la localidad de Mininco (La Araucanía) y gracias al apoyo de CMPC y País Digital, se articuló la conexión de varias juntas vecinales y comunidades mapuches, entregando internet a través de un proveedor de internet local, lo que permitió capacitar a las comunidades para superar brechas digitales. Para el director de Desarrollo Digital de Fundación País Digital (FPD), Marco Terán “acortar la brecha digital requiere de iniciativas público-privadas que impulsen la conectividad a internet y la alfabetización digital y uso de aplicaciones tecnológicas en toda la población, no solo en las zonas más pobladas del país. En función dicho objetivo, Fundación País Digital tiene el programa “Conectando Territorios”, con el que desde agosto, ya hemos beneficiado a más de 10 mil personas en las localidades de Caimanes, Isla Mocha, Nacimiento, Ruta de la Madera, Santa Juana y Villa Mininco”. En estas localidades, además de entregar conectividad, se ha logrado educar en materias como “la identidad digital; usar el correo electrónico y tener contraseñas adecuadas; realizar búsquedas de manera segura en
internet y reconocer contenidos desinformativos; cómo realizar los trámites del Estado de manera online, cómo comprar digitalmente”, entre otras. Este año, añade Terán, “esperamos incluir a 30 nuevas comunas del sur de nuestro país”.

Siguiendo la tendencia de conectar zonas rurales, se comenzó a desarrollar una iniciativa entre el Gobierno regional de La Araucanía y Desafío Levantemos Chile. El Gobernador Luciano Rivas, detalla que “nuestro proyecto busca iluminar de internet a los abastos de Agua Potable Rural (APR) de nuestra Región de La Araucanía y ya hemos comprometido a los comités de APR de la región para trabajar en conjunto en disminuir la brecha digital en cada zona a la que vamos a llegar”.

Hace pocos días, el mismo comprobó la implementación del proyecto basado en radioenlaces en zonas rurales. “Ya hay varios APR que han sido conectados por proveedores locales de internet (ISP) en el marco del proyecto, lo que está entregando un importante avance para nuestro mundo rural, en especial para la gente que vive cerca de esos APR, donde hoy tendrán la posibilidad de conectarse a un punto WiFi gratuito y hacer tramites digitales, informarse en las paginas de los servicios públicos o revisar sus correos electrónicos. El desarrollo del mundo rural hoy en día se vive con conectividad, y eso es lo que buscamos desde el Gobierno Regional con este tipo de proyectos”, enfatizó Rivas

A pocos minutos de Mininco, en la localidad de Niblinto, al oriente de Collipulli, se desarrolla otra de las iniciativas para dotar de internet a zonas apartadas. Forestal Arauco colaboró entregando una ubicación en un predio para que un ISP pudiera realizar un radioenlace y así llegar a cerca de 80 familias que se ubican en esa localidad y sus alrededores. De esta manera la empresa privada facilita las soluciones de conectividad para zonas aisladas.

El jefe de Asuntos Públicos Araucanía de Forestal Arauco, César Ancalaf, detalla que “lo que estamos haciendo es poner un terreno en comodato para que se pueda instalar una antena que entregue señal a los habitantes de zonas apartadas”. Respecto de las características de los terrenos entregados, agrega que se trata de “zonas altas, cerros que tienen la potencialidad de irradiar conectividad a todo el sector”.

“Niblinto es el piloto en este programa, pero hay otros espacios y estamos disponibles a colaborar con este tipo de iniciativas, porque entendemos que son de alto impacto para la comunidad, y hoy, luego de haber pasado por una pandemia en que las clases, las consultas médicas se hacían a través de internet, no podemos estar ajenos a esta realidad y no podemos no colaborar con una iniciativa de esta naturaleza”, afirma Ancalaf, respecto de la iniciativa de la empresa.

Por ahora, desde la posta médica de la Isla Mocha, afirman que, desde que existe un ISP que llegó a entregar servicios mediante radioenlaces, han logrado hacer “revisión de fichas clínicas, de pacientes que han sido atendidos en el continente”, mejorando la calidad de vida de los habitantes mediante el seguimiento médico apoyado en la tecnología. En tanto, desde la escuela Armando Arancibia, su director reconoce que “desde que llegó internet, la herramienta para conectar a la comunidad de la isla con el mundo, hemos logrado trabajar con los alumnos en otras áreas que no manejaban por la falta de conectividad”.

Experiencias como estas que se desarrollan en La Araucanía y Biobío, la articulación público privada, el desarrollo de proveedores locales de internet, la búsqueda permanente de soluciones eficientes y que tengan siempre como objetivo disminuir la brecha digital y la conectividad de las zonas rurales van transformándose en una esperanza y una oportunidad para que las personas de zonas rurales puedan acceder a las mismas oportunidades que existen en las zonas urbanas. Una nueva forma de emparejar la cancha…o de conectarlas.