Hospital de Temuco destaca en evitar casos de transmisión de VIH de madre a hijos

Grupo multidisciplinario logra que primeras 100 mujeres embarazadas contagiadas con VIH no transmitan el virus a sus hijos a través transmisión vertical.

“Los avances médicos han permitido que las mujeres que viven VIH puedan tener hijos que nazcan sin infección viral o 0 negativos cuando se logra una indetectabilidad viral, lo que se alcanza haciendo el diagnóstico del contagio, e iniciando tratamiento antirretroviral en forma precoz, consiguiendo indefectibilidad viral lo que corta la transmisión”. Así lo explicó la médico infectóloga y jefe de la Unidad de Infectología del Hospital Doctor Hernán Henríquez Aravena de Temuco (Hhha), Carolina Chahín, quien agregó que “Aatualmente en Chile, se ha logrado disminuir al menos un 2% la transmisión vertical, que es aquella que ocurre desde la madre infectada con VIH hacia el recién nacido, lo que puede ocurrir durante el embarazo, parto o lactancia materna”.

El Servicio de Salud Araucania Sur fue pionero en implementar la pesquisa del VIH en control de embarazo, el año 2001, lo que fue garantía GES desde el año 2005, derivando toda embarazada con VIH al Hospital Hhha permitiendo atender a más de 107 embarazadas con infección VIH y todos los recién nacidos sanos.

En este trabajo participa un equipo multidisciplinario, del Hospital Dr. Hernán Henríquez Aravena con estos excelentes resultados, todas las madres controladas y manejadas desde este recinto asistencial, ha logrado llegar a un 0% de transmisión vertical.

Para el Dr. Fernando Abarzúa, médico obstetra del hospital, “haber logrado este número en un hospital público, de alta complejidad como el nuestro, es un gran mérito sobre todo en una región como La Araucanía donde el nivel socioeconómico, educacional y geográfico es adverso”.

El especialista explicó que para poder llegar a esta cifra ha sido indispensable realizar un diagnóstico durante el embarazo, derivar al centro e iniciar el tratamiento para lograr indefectibilidad. En este sentido, existen dos pilares fundamentales, el primero es detectar el virus a tiempo, para que se pueda planificar una terapia adecuada para que cuando llegue el momento del parto, que es cuando se produce la transmisión vertical, la carga viral esté indetectable. De ser así, se puede lograr que la madre tenga un parto vaginal, lo que años atrás era imposible ya que se protegía al recién nacido a través de cesárea, ya que es un procedimiento de menor tiempo de exposición al virus.

“Hoy, el que una mujer embarazada esté contagiada con el virus del VIH, no es impedimento para tener un parto vaginal siempre y cuando haya cumplido con su tratamiento y, en la parte final del embarazo, el virus en la sangre se encuentre indetectable”, añadió.

La tasa de transmisión, sin mediar profilaxis, es de entre un 30% y el pronóstico de vida de un recién nacido no es alentador, principalmente porque el sistema inmune no es el mismo que el de un adulto quienes, además, responden mejor a los tratamientos, tienen una mayor adherencia y pueden llevar una vida prácticamente normal. En el caso de los niños VIH de transmisión vertical tienen un concepto social diferente que, por diversas razones, dificulta su acceso a las terapias.

Asimismo, destacaron que los antiretrovirales para el VIH en embarazadas no aumenta el riesgo de malformaciones que, en todas las mujeres, incluyendo a aquellas que tienen el virus, es de un 2 a 3%.