La ciudad de la furia

Escribe: Marco Antonio Vásquez, ingeniero comercial- contador público y auditor.

¿Has escuchado este tema? Es de la banda Soda Estéreo. Puesta al aire en el año 1988, pertenecientes al álbum Doble Vida. En su letra la canción da cuente de quien transita por nuestros espacios, pero no lo divisamos…”Donde nadie sabe de mí y yo soy parte de todos”.

Emulando a Ícaro, este personaje sale a volar de noche en la ciudad de la furia y debe volver antes de la salida del sol para que no se derritan sus alas.

En cuantas ocasiones intentaste volar desde las responsabilidades que te imponían tus padres, el trabajo e incluso la sociedad que te rodea, y al igual que Ícaro, ignorando los prudentes consejos de su padre Délano, te acercaste al sol derritiendo tus alas cayendo al igual que este joven al Mar Egeo y tú al mar de tus desventuras.

Imagínate ahora caminando en esa “Ciudad de la Furia”, llena de Ícaros caídos, con sus sueños frustrados y ansiosos de venganza por no haber alcanzado su propósito, desobedeciendo a quien, con cariño le entregó consejos que no fueron tomados en cuenta.

Nos enfrentamos a diario a la “Cuidad de la Furia”. En este lugar transitamos y hacemos nuestro día a día. Deambulan junto a nosotros personas con rencor y sed de venganza. Ellos están furiosos porque no les han resultado sus proyectos personales y seguramente han mirado más su ganancia personal que el beneficio colectivo.

Nietzsche llama a lo anterior la ‘moral del rencor’ o ‘moral de esclavos’, que se producía cuando la “casta inferior”, como él la denominó, tenía una imagen deformada de la realidad fruto del odio y del resentimiento que sentía hacia la otra casta que se consideraba superior.

El filósofo danés Georg Brandes, probablemente su mejor intérprete, sostenía, por su parte, que ese comportamiento no era más que “una forma de venganza”. Ambos se consideran seguidores de Teognis, el filósofo griego que construyó su discurso en torno a la moral individual frente a la colectiva, por lo que para muchos es la base de la teoría del superhombre que defendía Nietzsche. Y que en su formulación actual tiene que ver con lo que hoy se llama ’empoderamiento’, que tiende a individualizar los comportamientos sociales frente al interés general o colectivo.

Apártate de la Furia y construyamos una ciudad diferente. No puede ser que por tu furia caigamos en descalificaciones, en enfrentamientos verbales y menosprecios. Caminamos por las mismas calles, vamos de compra al mismo supermercado, nuestros hijos toman la misma micro, en fin convivimos en estos espacios. No soy diferente de ti.

En estos días de intolerancia y de furia, te invito a que nos veamos en el rostro del prójimo.

No me juzgues por pensar diferente, no me persigas por lo que pienso. Se tolerante y escucha. No cometamos los mismos errores de antaño en donde me digas “Nunca supe de eso” o “no sabía que esto estaba pasando”. Yo seguiré poniendo toda mi fe en ti.