Estallido de sorpresas

Escribe: Marco Antonio Vásquez, ingeniero comercial- contador público y auditor.

A un año del estallido social en Chile, les quiero invitar a reflexionar en torno a las reacciones de la ciudadanía en ese momento y situaciones posteriores, que nos han traído hasta el día de hoy previo a un plebiscito que no estaba en las cartas de navegación de la coalición Gobernante ni de la oposición.

Los días del estallido social y los posteriores a este, se me cruzaron por el camino muchas sorpresas. Para Platón y Aristóteles la Filosofía nace de la sorpresa. Para ellos la sorpresa nace del actuar del Ser. Esto es, que se espera del Ser, actuar de una forma, pero actúa de otra, eso genera la sorpresa.

Me sorprendió la ciudadanía chilena. Ésta se cuestionó el estado de las cosas, de la forma de ir del país, de la estructura y prioridades del Gobierno, del mercado y de las personas. La ciudadanía comenzó a realizarse muchas preguntas. Esto fue la base del pensar filosófico de los habitantes de Chile. Al cuestionarse su vida, su Gobierno y Estado, filosofaron, reflexionaron y actuaron. Me refiero a los millones de compatriotas que marchamos en diferentes puntos del territorio nacional, sin violencia, sin desmanes, solo con la convicción de su reflexión de que las cosas deberían cambiar.

Las cifras de esos meses no son alentadoras. En materia de derechos humanos, el balance del INDH indica que en este lapso se violaron los derechos de más de 3.000 compatriotas, se han presentado 2.520 querellas (2.340 de ellas contra Carabineros), pero solo hay 72 imputados.

También se sumó un problema político que impacta el crecimiento económico. El crecimiento del año 2019 se vio afectado. El consenso del mercado habla de que se presentaron de 2 a 3 décimas menos de crecimiento. Con todo lo anterior, el Banco Central queda en el rango bajo de las proyecciones de los agentes económicos para este año, espera un PIB entre 0,5% y 1,5%; el Ministerio de Hacienda estima 1,3% y la encuesta de expectativas económicas del emisor en 1,2%.

Con todo, nos encontramos cerca del plebiscito del 25 de octubre. Gran triunfo a mi parecer de la reflexión filosófica realizada por la ciudadanía chilena. Lo comento dado que esto no se encontraba en la agenda de la coalición gobernante ni en las aspiraciones de la oposición.
Les invito a tener claridad que, el solo hecho de tener una nueva carta fundamental, no nos asegurará la prosperidad y bienestar de nuestra ciudadanía. Debemos saber que nos enfrentamos a una sociedad moderna líquida según lo presentado por el filósofo Zygmunt Bauman. El estado actual de nuestra sociedad presenta un cambio constante y transitoriedad, atada a factores educativas, culturales y económicos.

Una nueva constitución será el primer paso para abordar los cambios que nos exige la ciudadanía. Un Estado Moderno, que se relaciona en forma trasparente con los privados, que aborda las demandas de la ciudadanía, que integra a las minorías en sus políticas públicas, gobiernos con nuevas cartas de navegación mirando Chile, su gente y el futuro serían parte de los agregados de esta nueva etapa republicana.

Como decía Jose Ortega y Gasset “La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es la suma de lo que hemos sido, sino lo que anhelamos ser”. Acompáñame, seremos más.