Desocupación y creación de empleo en la región

Escribe: Patricio Ramírez, coordinador Observatorio Económico y Social Universidad de La Frontera.

La Araucanía registró una tasa de desocupación de 6,3% para el trimestre abril-junio 2019 informado por el INE, anotando una disminución de 1,6 puntos porcentuales (pp.) respecto a igual trimestre de 2018, con esto La Araucanía se convirtió en la región que observó la mayor baja interanual en la tasa de desocupación. La desocupación regional fue también inferior a la tasa promedio nacional que llegó a 7,1%.

Estos datos son positivos en general, ya que siempre es bienvenido que la región tenga un menor desempleo que el país, y que la desocupación vaya en caída. Sin embargo, se hace necesario observar con mayor detalle los distintos indicadores de empleo disponibles, para realizar una mejor radiografía de lo que efectivamente está pasando en el mercado laboral local.

La tasa de desocupación por sí sola no siempre es suficiente ni decidora respecto a la realidad del empleo, debe ser complementada con otras variables para un análisis más profundo e integral. La creación de empleos es un buen indicador del pulso del mercado laboral.

En este plano es preocupante la desaceleración en la creación de empleo (variación de ocupados) que muestra la región este 2019. A comienzos de año (trimestre diciembre 2018- febrero 2019) se registraba una creación anual de casi 10 mil puestos de trabajo, de ahí en adelante esta cifra comienza a bajar fuertemente e incluso este último trimestre se observó una creación neta de empleo negativa de – 1.480 personas, es decir, se registraron casi 1.500 ocupados menos en comparación a 12 meses atrás.

La debilidad en la creación de empleos es quizás el dato más negativo del empleo regional en lo que va de este año, ya que refleja que la economía regional no está siendo capaz de sostener ni generar los empleos que se requieren. Entonces, ¿por qué ha bajado la tasa de desocupación a pesar que tenemos menos ocupados que hace un año atrás? La explicación parece estar en el fuerte aumento que han experimentado los inactivos, aquellos que no son clasificados como ocupados ni desocupados (no buscan empleo o no están disponibles).

El último trimestre los inactivos muestran un aumento anual 31.130 personas, es decir, personas que han salido de la fuerza de trabajo por diversas razones (pensión, estudios, familiares, personales, etc.) Los desocupados disminuyeron en 8.490 personas en 12 meses, pero esta baja en los desocupados no se debe a que encontraron empleo (ya que ocupados bajaron) sino a que muchos dejaron de buscar empleo y se retiraron de la fuerza de trabajo, por tanto esta reducción en la tasa de desocupación si bien es una buena señal para las expectativas, no es en realidad un hecho tan positivo por las causas que la generaron.