El intendente de La Araucanía, Jorge Atton, entregó las llaves de tres camiones bacheadores al seremi de Obras Públicas, Henry Leal, con lo cual se busca mantener en óptimas condiciones las rutas de la región.
Se trata de tres camiones bacheadores que fueron adquiridas con recursos del Fondo de Desarrollo Regional, y cuyo monto alcanzó la suma de $541 millones, actuando como unidad técnica para la compra, el Gobierno Regional de La Araucanía.
Atton dijo que, “con estos camiones se busca reponer el actual camión bacheador, incorporando herramientas de mayor capacidad individual y mejor tecnología, que permita mejorar la calidad del trabajo de reparación de pavimentos dañados en la red vial”.
Estos nuevos camiones permiten ser operados sólo por el conductor desde la cabina, permitiendo realizar todas las tareas de limpieza del bache, aplicar emulsión, agregar mezcla de emulsión y árido para llenar el bache de forma más rápida y automatizada.
Las características de los nuevos vehículos corresponden a camiones de 270 hp – torque 900 n/m, una carga útil 11.000 kg. Cuentan con cabina frontal con capacidad para dos personas. Tiene una cilindrada de 7000 cc, además cuenta con un joystick de control por cabina, brazo hidráulico telescópico en la parte frontal, tolva con sistema de calentamiento y posee un tanque de emulsión de 300 galones, además de un panel multifunción de 30×60 pulgada.
La iniciativa fue mediante licitación pública y serán entregados a la Secretaría Regional Ministerial de Obras Públicas de La Araucanía.
El seremi de Obras Públicas, Henry Leal, agradeció este aporte del Gobierno Regional y explicó que, “de los 12.000 km de red vial de la región de La Araucanía, 2.950 km corresponden a pavimentos que necesitan ser conservadas periódicamente. En este sentido la dirección Regional de Vialidad en La Araucanía, dispone de un parque de maquinarias que es limitado para la conservación de las rutas pavimentadas de la región y en la actualidad cuenta sólo con un camión bacheador con una antigüedad superior a 10 años por lo que su estado de conservación y constantes fallas, no han permitido el aumento de producción requerido y esto influye significativamente en su capacidad de producción debido a la baja disponibilidad actual que no supera el 65% frente a las labores rutinarias y de emergencia que debe enfrentar”.