Escribe: Eduardo Mella, Jefe de proyectos Energía y Telecomunicaciones DRS Ingeniería.
El reporte trimestral de la Corporación de Bienes de Capital (CBC) ubicó al sector energético en el tercer puesto entre las industrias que más crecerán, sólo por detrás de las Obras Públicas y la Minería.
Por otro lado, para las inversiones durante los próximos 5 años se habla de unos US$ 8.813 millones, es decir un 21% del monto global que se espera para ese período de tiempo. Dicha cifra implica un crecimiento de 17% en comparación al interior reporte. Si todos los proyectos se hacen realidad, se podría sumar al sistema eléctrico unos 4.594 MW en dicho período. Es más, el 68,4% corresponde a fuentes de ERNC.
Las razones son variadas, pero la Ley de Transmisión Eléctrica 20.936, publicada el 20 de julio de 2016, tiene mucho que ver, principalmente porque establece un nuevo sistema de transmisión de energía eléctrica e incorpora cambios importantes a la actual Ley General de Servicios Eléctricos (LGSE).
Ésta se centra en la inclusión de herramientas de planificación estatal, con una planificación energética a largo plazo en el sistema eléctrico, potenciando el desarrollo de la infraestructura de transmisión del país y contemplando importantes cambios institucionales como la nueva figura del Coordinador Eléctrico Nacional, que reemplaza a los actuales Centros de Despacho Económico de Carga.
Esta ley, que establece un nuevo sistema de transmisión eléctrica y crea un organismo coordinador independiente del sistema eléctrico nacional, ha permitido que anualmente la CNE realice un proceso de planificación vinculante de la transmisión, el que deberá considerar al menos un horizonte de 20 años.
El desarrollo de los proyectos de transmisión ha generado una expansión en la red de transmisión de energía, aumentando su robustez y eficiencia y logrando mayor seguridad de suministro, además de incrementar la competencia en el sector eléctrico, potenciando el desarrollo de las energías renovables no convencionales.
En este mismo contexto, se acaba de aprobar en el Senado la modificación al Proyecto de Ley de Generación Distribuida, que entre otras cosas, permitirá aumentar de 100 kw a 300 kw la capacidad instalada por cada inmueble o instalación, un paso que hace parte del proceso también a los clientes residenciales que quieran invertir en fuentes limpias de generación para sus hogares.
Para el futuro se espera que la transmisión eléctrica sea abastecida en su totalidad a través de energías renovables no convencionales, estimando que en el año 2050 el 70% de toda la energía producida en nuestro país sea de fuentes renovables.
Esto es una apuesta importante para el Estado, considerando que actualmente las fuentes no convencionales abarcan el 20% de la matriz energética nacional, lo que traerá beneficios importantes, ya que los precios de energía serán más competitivos para los clientes finales y regulados, debido al uso de estas tecnologías.
Nuestro país se ha adaptado y desarrollado a pasos agigantados a las nuevas formas de convivir con la naturaleza, relacionándose con nuevas tecnologías de manera sustentable y teniendo presente uno de los nuevos desafíos que es la electromovilidad. Un tercio del consumo energético en Chile corresponde al sector transporte y de este consumo el 98% corresponde a derivados del petróleo.
Debido a esto es importante y necesario el desarrollo de nuevas políticas que apunten a un uso eficiente de la energía en el sector transporte y así no depender de combustibles importados que generan contaminación a nuestro país.