Escribe: Narcisa Lezano Barriga, poetisa.
Viajar por “nuestras carreteras” hacia las regiones del sur nos permite colmarnos de gozo al ver el maravilloso paisaje otoñal. Tanto nos sorprendemos por dicha visión que no hayamos cómo demostrar nuestra admiración y gratitud a la perenne naturaleza por brindarnos esta variedad de colores en las hojas de los árboles antes de que ellas abandonen su ramaje.
Dichosos son los ojos que le brindan este reconfortante mirar a cada soñador espíritu. Grandiosos son los aromas que colman a nuestro medio ambiente para continuar respirándolos. Dignos son los pensamientos que lo guardarán y lo harán renacer cuando dicho espíritu se ponga mustio por alguna indolencia humana.
Anhelando fraternalmente que todos ustedes estén de igual manera disfrutando de este otoño, como también porque todas ellas son vitales para nuestra existencia igual disfruten de las venidas estaciones de la naturaleza les dejo mis poemas Claveles, Irán por ti, Tus entrañables pensamientos y Por siempre, tú.
Claveles
En aquel florero improvisado
Están los claveles de varios colores.
Adornando a la mesa de terciado
Y perfumando a la casa con sus olores.
Su admirada pose de caballeros elegantes,
Hacen que aquella persona respetarles.
Cambiándole su agua a cada instante;
Pensando así en nunca olvidarles.
Han pasado los días; mas las semanas
Y los claveles cabizbajos han quedado.
Su habida tersidad ya no emana
Los colores y olores ayer brindado.
Dejando a la mesa con su pintura descolorida;
Más la casa huele a humedad ahora.
Aquella persona ha quedado herida,
Mirando a los claveles, en silencio, llora.
Irán por ti
Primorosa amatista de ensueños;
Tallada por una suave brisa.
Eres el nuevo embrujo
Que cautivó a ese extraño corazón.
Voz de un apacible ruiseñor,
Que acallan los sonidos del tiempo.
Eres el albo capricho
Que arrullas las fibras de su razón.
Pensamientos alborozados de amor,
Son los que te recuerdan a lo lejos.
Siendo como crónicos enfermos
Que no haya sanación para su alma.
Irán por ti como buscadores de tesoros.
Mientras la amatista permanecerá ecuánime
Ante el agresor tallador.
La brisa será tu aliada y no te hallarán.
No dejes que censuren a tu palabra.
Quieren que esconda a su desairado vivir.
Temen que en algún amanecer
Ella hable de sus continuas traiciones.
Tus entrañables pensamientos
Tus entrañables pensamientos,
Eufóricos se colaron
Entre los susurros de la brisa
De tu embriagadora primavera.
Quien, cuando vio venir al verano,
Se marchó hacia las fronteras del sur.
Cortando aquel espiritual lazo.
Quien a la distancia amarraba
Tus juramentadas lealtades
Con aquellas que, están en ese lejano sur.
Por siempre, tú
Eres la ufana imagen
Que permanece en sus sentidos;
Robando los instantes de su paz.
Siendo su abrasadora voz
El eco que perdura en tu tiempo.
Sin poder en él encontrar otras voces
Que lo calle para siempre.
Más aún, sus ojos son tu condena.
Que llevan a tus adormecidos pensamientos
Al cautiverio de los recuerdos.
Donde todo pareciera ser, un eterno espejismo.