Escribe: Alfredo Guzmán, jefe División de Desarrollo de Proyectos, Ministerio de Energía.
Como país, hemos asumido la ambiciosa meta de ser carbono neutral al 2050. El objetivo es exigente, pero sabemos que es el único camino para lograr un desarrollo sustentable para las próximas generaciones.
Estamos transitando de forma acelerada hacia energías limpias, entre ellas, nuevas plantas generadoras solares y eólicas que nos permitan usar nuestros abundantes recursos renovables. La estrategia de hidrógeno verde, la electromovilidad y las medidas de eficiencia energética son los otros ejes de la estrategia para ser un país cero emisiones.
Este camino exige un reforzamiento y ampliación de la transmisión, para que las nuevas plantas generadoras puedan llevar energía hasta nuestros hogares y lugares de trabajo. Con ese fin, el Ministerio de Energía ha comenzado a desarrollar “Estudios de Franjas” (EdF), los que permitirán definir de forma participativa y sustentable las franjas de territorio en las que se construirán los principales proyectos que nuestro país necesita.
Los EdF tiene su origen en la Ley de Transmisión del 2016, que por primera vez entregó al Estado la facultad para definir la franja de territorio donde se podrán emplazar algunas de las nuevas líneas de transmisión.
El instrumento del EdF constituye una innovación en materia de políticas públicas y se ajusta a los más altos estándares internacionales, considerando aspectos ambientales, socioculturales y la orientación productiva de las localidades en el desarrollo de proyectos.
Estas innovaciones incluyen la implementación de la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE), la cual facilitará la consideración de elementos de sustentabilidad en el diseño y toma de decisión de la franja preferente, y un proceso de participación multi actor, compuesto entre otros por representantes de organismos públicos, sociedad civil y pueblos originarios, estos últimos de acuerdo con el Convenio 169 OIT.
Con el inicio del primer Estudio de Franjas (EdF) “Entre Ríos-Pichirropulli”, que se extiende desde la región de Ñuble a la región de Los Ríos, pasando por Biobío y La Araucanía, comienza una nueva etapa participativa y sustentable en la planificación territorial para futuras obras de transmisión. Este EdF abrirá un diálogo con las comunidades, pues son ellas quienes mejor conocen sus territorios. Nos hemos puesto como objetivos compatibilizar el desarrollo del EdF con el cuidado del medio ambiente y la sustentabilidad de la región.
El EdF constará de cuatro etapas en las que se irá analizando el territorio en estudio con participación de la comunidad. Su duración será entre 12 a 15 meses y lo desarrollará un equipo profesional multidisciplinario. Finalizado el proceso, el Ministerio de Energía propondrá al Consejo de Ministros para la Sustentabilidad una propuesta de franja de territorio sobre la cual se podrá licitar una obra de transmisión y la empresa adjudicataria deberá diseñar su trazado “sólo dentro de ésta franja de territorio”.
Con la realización y cumplimiento de la EAE en el estudio de franjas, el EIA en la obra de transmisión y los múltiples procesos participativos, por primera vez en Chile tendremos una completa integración de instrumentos que velarán por mejorar los estándares de sustentabilidad desde la toma de decisión del Estado hasta el desarrollo del proyecto.
Seguiremos trabajando para lograr un sistema de transmisión eléctrica moderno y sostenible que apoye la transición energética con el sello que nos distingue: participación ciudadana e indígena, colaboración público-privada y políticas públicas responsables. Sólo así avanzaremos una hacia una transición energética justa, equitativa, segura y sostenible; que conjugue adecuadamente las variables sociales, ambientales y económicas.
