Viaducto del Malleco celebra 130 años en la historia ferroviaria de Chile

Fue declarado Monumento Nacional el 25 de octubre de 1990.

Este lunes, el Viaducto del Malleco cumple 130 años en la historia ferroviaria, uniendo a Chile y saltando la profunda quebrada, en cuyo fondo corren las aguas del río Malleco.

La obra inaugurada en 1890, fue considerada en su época el puente ferroviario más alto del mundo, siendo una de las mayores construcciones de ingeniería metálica en Chile.

Se construyó en el marco de un vasto programa estatal de extensión de la red ferroviaria considerado fundamental por el presidente José Manuel Balmaceda para el porvenir económico del país.

El paso del valle del río Malleco presentaba el principal escollo para el trazado, por cuanto el cauce fluvial corre 110 metros bajo el nivel de las planicies.

En 1885, el gobierno encomendó al representante de Chile en Francia, Alberto Blest Gana, pedir propuestas para la construcción del viaducto a las firmas europeas de mayor renombre, de acuerdo a los planos realizados por el ingeniero chileno Aurelio Lastarria. Presentaron proyectos tres firmas francesas, adjudicándose la obra la empresa constructora Schneider y Cía. Ltda de Le Creusot.

Entre 1886 y 1888, la empresa construyó en sus talleres en Europa las armazones de fierro, que fueron transportadas por barco y luego por ferrocarril a su destino en Collipulli.

La instalación del puente se realizó entre febrero de 1889 y mediados del año siguiente. Fue inaugurado por el Presidente José Manuel Balmaceda el 26 de octubre de 1890.

Hoy como ayer, la obra impresiona por su magnitud. Su longitud es de 347,5 metros, divididos en cinco tramos iguales, de 69,5 metros.

El puente descansa sobre sus dos estribos extremos y cuatro pilas intermedias, todas ellas de acero. La primera y cuarta pilas tienen 43,7 metros de alto, la segunda 67,7 y la tercera 75,7.

La viga superior se armó fuera y luego fue deslizada con contrapesos, en una operación de gran complejidad. Los rieles se encuentran a 102 metros de altura sobre el fondo de la quebrada.

Posteriormente, entre los años 1930 y 1933, aproximadamente, se pusieron refuerzos diagonales entre la viga y las torres para que la estructura soportara el peso de locomotoras más modernas. El viaducto se aprecia en toda su magnitud desde el puente carretero que se construyó paralelo a él.

Alcanzó la categoría de Monumento Nacional el 25 de octubre de 1990.

Por Mario Grandón Castro.