Viña San Pedro presentó vino elaborado en conjunto con comunidad mapuche de Purén

Un Pinot Noir de Malleco, que incluso antes de su lanzamiento al mercado ya ha cosechado diversos reconocimientos entre la crítica especializada, es resultado de un modelo inédito de trabajo colaborativo entre la comunidad mapuche de Buchahueico y la histórica viña chilena.

Tayu 1865 tiene sus orígenes a fines de 2014 cuando el equipo agrícola de Viña San Pedro comenzó a buscar un nuevo terroir extremo para la elaboración de Pinot Noir, siendo la zona de Purén la elegida para emplazar este innovador proyecto vitivinícola.

Fue así como se inició un trabajo colaborativo sin precedentes, en donde Viña San Pedro y familias pertenecientes a la comunidad de Buchahueico en la Región de la Araucanía, se unieron para iniciar un viaje que les permitiera expresar en cada botella, las características particulares del suelo, el clima y especialmente, de las personas que trabajan la tierra.

Según informó viña San Pedro, a más de cuatro años de iniciado este proyecto, el primer vino mapuche ya se encuentra disponible en el mercado bajo el nombre de Tayu 1865 Pinot Noir 2018, un vino que se suma al portafolio de la línea 1865 para reafirmar la vocación exploratoria de la misma, a cargo de la enóloga Viviana Navarrete, elegida enóloga del año por el Master of Wine Tim Atkin y considerada una de las mejores exponentes chilenas en ésta y otras cepas costeras. Tayu que significa “nuestro” en mapudungun, refleja el verdadero espíritu que ha guiado el proyecto, donde viña y comunidad han trabajado codo a codo.

“Los viñedos que dan origen a Tayu 1865 se ubican en una zona con fuerte influencia de la Cordillera de Nahuelbuta, condiciones naturales que, sumadas a un cuidadoso trabajo en los viñedos, permitieron el nacimiento de un Pinot Noir de calidad excepcional, reconocido por la crítica como Vino Revelación en Guía Descorchados 2020, destacando en esta primera cosecha con 95 puntos”, afirmaron.

“El punto más destacable de este proyecto en relación a otros en Chile, es la gente involucrada. El trabajo, dedicación y cuidado que las familias de Buchahueico les han entregado a estas parras, en donde cada grupo familiar vela por el cuidado de un territorio cercano a las dos hectáreas, les permite lograr un resultado similar al trabajo que se ve en productores de la Borgoña. Esto es clave para hacer vinos de alta gama, un cuidado profundo por las vides, máximo foco y lo más importante: aprendizaje desde la observación en terreno”, dijo la enóloga a cargo del proyecto.