Desigualdad territorial: avances y desafíos

Escribe: Patricio Ramírez, coordinador Observatorio Económico y Social Universidad de La Frontera.

Un reciente estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) analiza la evolución de la desigualdad territorial del país (Desigualdad regional en Chile: Ingresos, salud y educación en perspectiva territorial; Pnud; noviembre 2018) entre los años 2006 y 2017.

El Índice de Desarrollo Humano (IDH) es un indicador elaborado por el PNUD, que busca medir el progreso y desarrollo de los países en base a tres dimensiones: Salud (Esperanza de Vida); Educación (Media de años de escolaridad); e Ingresos (Ingreso Nacional Bruto per cápita). En el estudio mencionado, se calcula el IDH para las regiones de Chile en 2006 y luego en 2017.

Las conclusiones señalan que se observan mejoras significativas en todas las regiones y en cada una de las componentes del indicador (La Araucanía pasa de un IDH de 0,622 en 2006 a un 0,692 en 2017). “Se aprecia también que en general las regiones que más progresaron en el indicador en términos absolutos son aquellas que en un principio registraban los valores más bajos. Como consecuencia, las diferencias interregionales en el IDH se han reducido durante los últimos once años (2006-2017).

No obstante, este avance generalizado del desarrollo humano en todas las regiones y su convergencia gradual no implica que no existan desigualdades territoriales. Se concluye también que “la Región Metropolitana aparece como una singularidad por su alto nivel de desarrollo humano a lo largo del período, mientras que las regiones de la zona centrosur, entre O’Higgins y Los Lagos, aparecen sistemáticamente en la parte baja de la distribución. Las regiones mineras del norte y las del extremo sur se ubican consistentemente en la parte alta de la distribución”.

Las desigualdades territoriales interactúan de manera dinámica con otras variables, como el género y la etnia. Así, en términos de género por ejemplo, en todas las regiones la incidencia de salarios bajos es mayor entre las mujeres.

Los datos provinciales y comunales confirman la alta desigualdad subregional, es decir, al interior de cada región existen también grandes desigualdades entre sus provincias y comunas.

Entre los desafíos que menciona el estudio para alcanzar un desarrollo territorial sostenible e inclusivo, se encuentran: Combinar políticas universales con políticas territorialmente focalizadas, para no dejar a nadie atrás; compensar las desventajas derivadas de estructuras productivas disímiles; abordar las desigualdades de género y étnicas para lograr un desarrollo territorial inclusivo; fortalecer la inversión pública y la descentralización fiscal en las regiones; fortalecer la calidad y diversidad de la oferta educativa regional; entre otros.