Apoderados alertan sobre graves carencias en la Escuela Especial Ñielol de Temuco

Directiva invitó a recorrer el establecimiento a la consejera regional, Ana María Soto, quien se mostró sorprendida por dificultades que afligen a trabajadores y alumnos.

Goteras en pasillos y salas de clases son la realidad del establecimiento cuando llueve.

La directiva del Centro de Padres y Apoderados de la Escuela Especial Ñielol de Temuco, alertó sobre graves carencias en materia de insumos e infraestructura que posee el establecimiento, que atiende a 162 alumnos de ambos sexos, que van entre los tres a los 26 años de edad.

Los padres solicitaron a la consejera regional Ana María Soto, que se constituyera personalmente en el recinto para verificar los graves problemas que posee el plantel, visita en la que la personera dijo haberse impactado por la realidad que enfrentan diariamente tanto alumnos como funcionarios.

Durante el recorrido por la escuela -que se ubica en avenida Balmaceda, a pasos del Cementerio General de la capital regional- los padres enumeraron más de una veintena de problemas, que parten en el mismo acceso al establecimiento, donde aunque parezca increíble, pese a que se trata de un edificio para personas con problemas de movilidad, las dificultades comienzan con la llegada de los alumnos que son movilizados en dos furgones comunes y corrientes, sin adaptación para sus sillas de ruedas, lo que se agrava porque los usuarios deben ser alzados a mano en sus sillas de ruedas por una larga escalera de cemento, no existiendo rampa ni en el acceso a la vereda, como tampoco en el ingreso a la escuela misma.

La consejera regional pudo constatar que en los pasillos e incluso en algunas salas había goteras, lo que obliga a que cuando llueve se deben instalar recipientes de plástico para acumular el agua.

Otro punto es que no existen bodegas para almacenar los equipos deportivos ni de rehabilitación de los jóvenes y tampoco gimnasio, por lo que sus terapias deben ser recibidas en el mismo pasillo donde se guardan estos elementos.

Asimismo, los padres mostraron a la consejera que no había estufas en los talleres donde se capacita a los alumnos en oficios, manteniéndose constantes las bajas temperaturas durante el invierno y lo que es peor, el sistema eléctrico de algunas salas se encuentra deteriorado y con las cajas de cables al descubierto, lo que pudiera provocar graves accidentes, especialmente a los niños con necesidades especiales.

ALIMENTACIÓN
Los docentes relataron que dependen de la buena voluntad de las empresas que ganan las licitaciones de alimentación de Junaeb, ya que existen jóvenes de que deben ingerir comidas especiales mediante sondas y la que llega al plantel es elaborada para personas sin problema de salud alguno, lo que provoca que en algunos casos sean los mismos profesores quienes deban utilizar dinero propio para comprar alimentos especiales para sus alumnos.

“Imagínese que por ejemplo, cuando llega pollo de almuerzo, cómo le vamos a dar eso a un niño que se alimenta por una sonda. Dependemos exclusivamente de que las empresas proveedoras tengan buena voluntad para entregarnos alimentos especiales”, relató una profesional a la consejera.

Los apoderados han debido comprar loza para el uso de los docentes y los profesores se costean los aparatos electrónicos como televisores y microondas, a lo que agregaron que el recinto no posee enfermería, tampoco calefacción para bañar a los niños que deben ser mudados y para colmo, los días en que hay temporales en Temuco, se inunda el estacionamiento lateral que se utiliza para ingresar con sillas de ruedas, provocando que el agua llegue hasta los propios pasillos de la escuela.

Los padres también hicieron notar que no existe mobiliario para alumnos con dificultades de desplazamiento, por lo que cada vez que deben ingresar a clases en sus sillas de ruedas o “burritos”, los docentes primero deben extraer los muebles de la sala, entrar a los jóvenes y luego volver a ingresar el mobiliario para recién en ese momento comenzar las clases, lo que trae aparejado que en caso de necesidad de evacuar de emergencia, como en un incendio o terremoto, demoren largo rato en sacar los muebles para abrir paso a las sillas de ruedas, y eso sin contar con las pequeñas dimensiones de las salas, que no permiten que los jóvenes puedan desplazarse con normalidad.

“HAY SITUACIONES QUE ME IMPRESIONARON”
“Acudí a un llamado angustiado de los apoderados, constatamos goteras, lavamanos en malas condiciones, incluso se había inundado una sala. Tampoco poseen las condiciones para alimentar a los niños que utilizan sonda gástrica, para lo que deben usar colchonetas de una sala. Los propios padres han debido sacar recursos de su bolsillo para mejorar la infraestructura de la escuela y hay situaciones que me impresionaron, como que los profesores deban comprar con su dinero alimentos como el quaker para poder alimentar con sondas a los niños. He quedado muy preocupada con lo que observé en la Escuela Ñielol”, aseveró Ana María Soto.

La consejera regional adelantó que existe un proyecto de reposición completa del edificio, que va dentro de lo que será la construcción del nuevo Liceo Tecnológico de La Araucanía, que se ubica al lado de la Escuela Ñielol

Ana María Soto se comprometió a solicitar una entrevista con el intendente Luis Mayol para gestionar la priorización de la obra e instar a todas las autoridades regionales a lograr que se concrete este proyecto, que actualmente se encuentra en etapa de diseño, para que obtenga una recomendación técnica favorable (RS) y así continuar con el proceso que culmine con la construcción de un nuevo edificio.

“Esta escuela cumplió 49 años, imagínese el estado de las instalaciones eléctricas y las techumbres, por tanto el riesgo de incendio y sin tener vías de escape adecuadas para niños en situación de discapacidad, es sumamente preocupante”, puntualizó.

DESTACABLE CALIDAD HUMANA
Katherine Toledo, secretaria del Centro de Padres de la Escuela Ñielol, manifestó que llevan alrededor de 10 años solicitando la construcción completa de un nuevo edificio. “La infraestructura ya no da para más, está colapsada. Agradecemos que se han efectuado arreglos provisorios en baños y goteras, pero esta situación ya no soporta mucho tiempo”, subrayó.

La apoderada aclaró que los problemas radican exclusivamente en necesidades económicas, pues destacó que pese a los problemas que posee el recinto, la calidad humana de quienes laboran es extraordinaria, agregando que se trata de profesionales con alto compromiso con sus alumnos, atentos a solucionar sus problemas, a lo que se agrega que existen muchos universitarios que hacen sus prácticas profesionales en esta escuela, quienes también manifiestan una excelente disposición para atender a los jóvenes.

Toledo ejemplificó relatando que con la finalidad de integrarlos a la sociedad, algunos niños habían sido sacados y matriculados en escuelas para alumnos sin necesidades especiales, pero en numerosos casos los padres decidieron retornarlos a la Escuela Ñielol, en atención a que por sus patologías, la calidad de enseñanza, atención y rehabilitación que reciben en este establecimiento es muy superior a la de los planteles comunes.

“Hay muchas necesidades y los profesores de las ingenian, por ejemplo para entregar a los niños sus alimentos especiales; son personas muy humanas, son todo terreno. Si tienen que comprar un espesante para la comida de un alumno, ellos se lo compran. Si fuera solamente por la infraestructura, yo no tendría aquí a mi hijo, pero lo mantengo en esta escuela porque la educación es sumamente buena”, sostuvo la representante del Centro de Padres.

Aunque parezca un contrasentido, la escuela donde acuden numerosos niños con problemas de movilidad, posee esta escalera en su ingreso principal.