Santuario El Cañi: Ejemplo pionero de conservación, educación y turismo

Esta área de protección privada de la Araucanía, administrada por sus vecinos, fue premiada por Corma, por su trabajo en manejo sustentable de bosque nativo, turismo ecológico y educación ambiental.

Un pionero camino de manejo sustentable de bosque nativo, con fines turísticos y ambientales, está abriendo el Santuario El Cañi en La Araucanía, ubicado a 21 kilómetros de Pucón, en el sector Pichares, camino a termas de Huife.

Conformado por 500 hectáreas de bosque nativo, principalmente ancestrales araucarias, es una de las primeras Áreas Protegidas Privadas del país. Su administración y gestión está a cargo de los habitantes de la localidad de Pichares, comunidad aledaña a la reserva y es un ejemplo de desarrollo local a través de la conservación y manejo de recursos forestales.

Los terrenos fueron adquiridos hace varios años por un grupo de filántropos norteamericanos que encargaron a la Fundación Lahuén la tarea de promover la conservación de este bosque nativo. La fundación se relacionó con los vecinos del sector y los capacitó en turismo ecológico, educación ambiental y protección de bosque nativo, tras lo cual les traspasó a los guías locales la gestión y administración de este parque privado, hoy uno de los tres que opera bajo el concepto de administración comunitaria.

MANEJO Y TURISMO SUSTENTABLE
Manuel Venegas Roa, actual presidente de la agrupación de Guías Locales, integrada por 15 vecinos, cuenta que se reparten entre todos las tareas de administración del parque durante el año. Asegura que inicialmente lo más difícil fue lograr hacer sustentable el parque. Vale decir, que lograra atraer visitantes sin sobreexplotar el área. “Este es un lugar mágico, el ‘boca a boca’ generó que de a poco llegarán visitantes, además aparecimos en algunas guías internacionales y eso también colaboró. La primera estadística que manejamos es recién del año 2007, ahí entraron 592 personas, al 2016 la cifra subió a 8.900”.

Hoy el Santuario El Cañi –que en mapudungún significa “otra visión”- presta servicios de turismo ecológico, vivero nativo y educación ambiental. Cuenta con senderos, un refugio de montaña, guías profesionales, cabalgatas, todo acompañado por la flora y fauna nativa de la zona que han logrado mantener hace ya 27 años. Esa protección -asegura Roberto Sanhueza-, tesorero de la agrupación y administrador del santuario, ha permitido recuperar especies que por la intervención humana se habían perdido.

“Hemos visto el cambio que ha experimentado el bosque desde que está protegido, ha florecido solo por el hecho de retirar el ganado vacuno que se comía los renovales. Muchas de las especies que habían emigrado ahora han vuelto. La especie arbórea que más ha prosperado es la Lenga, pero también el Coigüe. En fauna, regresó el pato anteojillo que no sabíamos que estaba en este lugar y el pato rana de pico ancho, algunos zambullidores, los pudú, gato huiña, dos tipos de zorros, monitos del monte y muchos más”, destaca Sanhueza.

EL PREMIO
Todo este trabajo ambiental, más la profesionalización de su personal y el cariño que entregan al santuario fue premiado por Corma sede Araucanía, entregándoles el premio “Cóndor de los Vientos”, en la categoría de iniciativas comunitarias.

Marcelo Bonnefoy, gerente da la sede regional del gremio forestal, señala que este reconocimiento busca relevar la importancia del trabajo comunitario en la conservación y utilización de los recursos forestales. “Esta comunidad está demostrando que es posible manejar en forma sustentable el bosque nativo y generar beneficios para las comunidades y gente que vive en torno a ellos. Esto es muy importante porque hay grupos conservacionistas a ultranza, que buscan cerrar las reservas naturales, poner un candado y que nadie ingrese, y acá se demuestra lo contrario, se acogió la idea de conservación, pero a la vez de apertura a la comunidad para turismo y educación ambiental y eso quisimos premiarlo”.

Oficialmente el premio fue entregado a fines de septiembre en Concepción, pero en octubre se realizó una segunda ceremonia en el propio santuario junto a los niños de la escuela del sector, dos de sus administradores y autoridades locales que valoraron esta iniciativa. “La gente de los territorios es capaz de muchas cosas. Es fantástico que los dueños del predio hayan creído en ellos y en sus capacidades por eso el premio es más que merecido” destaca Julio Inzunza, concejal de Pucón.

Los dirigentes de la agrupación, Roberto y Manuel, se muestran sorprendidos con la premiación, pero aseguran que demuestra que el trabajo bien hecho es recompensado. “Para nosotros fue una sorpresa que nos hayan hecho participe del premio y luego el haberlo ganado, pero sí, es un reconocimiento a los años de trabajo que llevamos en la protección de las araucarias principalmente. Lo tomamos de una forma muy grata”, apunta Roberto.
Manuel precisa que inicialmente les pareció curioso ser nominados, “pero luego fuimos conociendo la temática de estos premios y vimos que el mundo forestal también destaca la conservación y fue muy importante para nosotros”.

El Santuario El Cañi está abierto todo el año al público. La entrada tiene un costo de 4 mil pesos por persona en otoño, primavera y verano, mientras que en invierno es obligación realizar los circuitos junto a un guía de montaña, paseo cuyo valor parte desde los 15 mil pesos.