Desconocidos violentaron sede del diputado Rathgeb y no se llevaron nada

Una extraña visita recibió la sede parlamentaria del diputado Jorge Rathgeb, ubicada en calle Manuel Jarpa esquina Ilabaca, frente al Hospital de Angol.

En ese lugar, la madrugada del pasado viernes, un número indeterminado de desconocidos ingresaron al local, rompiendo dos ventanas y desordenaron todo lo que se encontraba a su paso, desordenando y provocando solo daño, sin que se pudiera establecer, a primera vista, que sustrajeran algo de dicho lugar.

Mónica Campos, encargada del recinto, manifestó que “esto debe haber sido entre las dos de la madrugada más o menos y las siete de la mañana, porque fue el momento en el cual no hubo nadie en la sede. Quebraron dos vidrios, entraron y desordenaron todo. Los dieron vuelta y lo tiraron, sin que al parecer se llevaran nada. Incluso un dinero que dejamos en uno de los cajones de un mueble estaba ahí, el cajón abierto pero el dinero intacto. Unas impresoras igual estaban en el patio y unos plumones de cama nuevos que estaban a toda vista, en sus bolsas, no los tomaron ni en cuenta”, aseguró la encargada.

La funcionaria agregó que los antisociales también ingresaron al auto del diputado que se encontraba estacionado al interior del lugar, registrándolo completo y desordenando todos los papeles que se encontraban en él. “No sé cómo lo abrieron pero no tenía vidrios rotos. En el interior registraron todos los papeles y los desordenaron y no se llevaron nada, ni la radio”, aseguró.

PDI
Tras realizar la denuncia, personal de la Policía de Investigaciones se hizo presente en el lugar, procediendo a inspeccionar el sitio del suceso y a tomar huellas digitales con la intención de poder identificar a quienes realizaron el acto vandálico.

Tras ser consultada sobre la extraña situación, Marcela Campos dijo creer que se trata de un acto de amedrentamiento político y recuerda que extrañamente, hace un año, en la misma fecha sufrieron una situación similar donde nunca se pudo encontrar a los responsables.

Por Rodrigo Zurita.